A mediados del año pasado entró en vigencia un acuerdo comercial entre Argentina y Chile que beneficiaba a aquellas empresas que generaran cadenas con pares trasandinas y, asociadas, complementadas, encadenadas en definitiva, sacaran sus productos al exterior, aprovechando los más de 80 países con los que el vecino del Pacífico tiene tratados de libre comercio y tasa cero.
Como contexto adverso para su plena vigencia, primero, muchas actividades que estaban en marcha se frustraron debido al estallido social que se vivió del otro lado de la cordillera. De hecho, algunas empresas mendocinas que empezaron a experimentar la internacionalización tuvieron que cerrar sus puertas, ante el riesgo de, literalmente, ser arrasadas. Tal fue el caso del Hotel Fuente Mayor en Reñaca, toda una experiencia con la primera cadena local de índole internacional.
Luego llegó la pandemia. El mayor comprador del mundo, China, fue el origen de la covid-19 y eso generó un efecto dominó impensado e inédito, porque no solo afectó a las personas y a los sistemas de salud, sino al comercio internacional y, de allí, la montaña rusa de pánico de las bolsas en todo el mundo y las amenazas de reacomodamientos en donde nadie sabe muy bien cómo quedará parado.
Flavio Kristich, propietario y creador de la cadena de hoteles, en diálogo con Memo consideró que, desde su punto de vista, “es demasiado pronto para dar un diagnóstico de algo que recién empieza”. “Sin embargo -dijo- con lo poco o mucho que ocurrió en los dos países se me ocurre que va ser difícil que empresas chilenas y el propio gobierno propongan alianzas”. En este punto, explicó que “hay muchas cosas por resolver de los países” y agregó que “lo social en Chile está pendiente y en la Argentina, lo político y económico también”.
Para Kristich, “sin duda todas las variables a largo plazo van cambiando semanas a semana. Lo único por el momento creo qué hay que estar muy atentos, reinventarnos y tener más coraje Y ser valientes para salir adelante”.
Se sabe que los equilibrios son diferentes de un lado y del otro de la cordillera. En la Argentina el nuevo gobierno de Alberto Fernández dejó sin efecto numerosos caminos abiertos durante la gestión de Mauricio Macri, solo por política: la promoción de las industrias tecnológicas, la de energías limpias, la digitalización del dinero y la búsqueda de acuerdos comerciales del Mercosur más allá de Europa, como las de Asia, cuyas negociaciones acaban de ser interrumpidas.
Lo advirtió el diputado provincial Guillermo Mosso, en una columna que hoy publica Memo: “Será muy importante la actitud que adopte el gobierno nacional en materia de relaciones internacionales y comerciales: si se elegirá privilegiar alineamientos por afinidades ideológicas y amistad con dirigentes cercanos políticamente (como sucedió con el grupo de Puebla) o, por el contrario, si se colocarán en el centro del análisis los intereses del país. Asimismo, deberá decidir si optará por una toma de decisiones basada en el apuro improvisado o la experiencia diplomática profesional como ocurrió recientemente con el retiro de negociaciones de Mercosur”.
Pero sin dudas que la lógica indica que Chile vuelve a surgir como lugar que, dentro de todo, a estos niveles de transacciones, sería incapaz de proceder a la interrupción de los procesos que le están dando oxígeno. Además, no puede solo: necesita complementos y en Mendoza, por sí sola, o como eje logístico o “canal de Panamá” seco del sur de América, puede ofrecerlos.
¿Es Chile una catapulta para Mendoza?
Para el economista y exembajador en Santiago, Carlos Abihaggle, esa catapulta para que Mendoza llegue a otros países sin lo que podríamos llamar “el lastre” de la política incorde argentina, “es posible y siempre lo fue”. “El marco institucional está muy vigente y tenemos la ventaja de que prácticamente la integración con Chile es una política de Estado en Argentina”. Indicó que en la pospandemia “habrá una primera etapa relativamente difícil para el comercio internacional. Pero hacia el 2021 se espera una cierta recuperación“.
El empresario creativo Gustavo Casaño, titular junto a Alejandra Muscolini de la agencia Argency, con un pie del otro lado de la cordillera desde hace tiempo, la cosa no es tan sencilla. “Chile -consideró- es una oportunidad porque está cerca. Pero, por su nacionalismo, cuando pase la pandemia va a priorizar a su gente y se pondrá más difícil para Mendoza o para un argentino que quiera ir a hacer algo. No es tan fácil. tenemos culturas marcadamente diferentes. Y ellos son muy celosos a dejar espacio a los mendocinos. Eso no quita que no se pueda hacer, pero no es tan fácil. Uno puede tirar ideas libremente, pero concretar proyectos es más difícil”, dijo, ante la consulta de Memo.
Para el gerente de ProMendoza, Mario Lázzaro, la vigencia desde hace un año del acuerdo “permite una integración cien por ciento completa entre Chile y Argentina”. Explicó que “Chile ya era una herramienta a ser utilizada y se manifestaba en proyectos como puente andino, con la generación de un hub logístico, depósitos fiscales en Los Andes y puerto terrestre, después de la pandemia y con alguna señal errática como la que Argentina le dio al Mercosur, fortifica la necesidad de vincularnos con Chile para utilizarlo como plataforma”. Además -consideró el experto en comercio exterior- uno de los países que van a salir fortalecidos es China, tanto por su capacidad para haberla combatido como por haber restablecido antes su economía”.
Con lo dicho por Lázzaro, hombre que ha liderado misiones tanto a China como a Rusia y Estados Unidos durante décadas, pronosticó que el crecimiento de la actividad de intercambio comercial “estará dada, fundamentalmente, en la zona del Asia – Pacífico, por lo que Chile se convertirá en una plataforma indispensable para Mendoza especialmente, aunque diría que para toda la Argentina, para poder desarrollar su internacionalización”.
El dato que fortalece esta teoría, según Lázzaro, es que “Chile no tiene todos los recursos para abastecer su apertura económica y, el hecho de que su economía sea relativamente más sólida que la de Argentina, que le va a permitir salir más sólidos de la pandemia, no podrá prescindir, a pesar de eso, de los recursos que tiene nuestro país”.
Para Abihaggle, para salir “junto” a Chile “hay un campo muy amplio en el área de servicios, industrias basadas en el conocimiento, como software, el campo audiovisual para ofrecerle a su sistema de compras públicas”. “En este sentido -dijo- Chile tiene un sistema de compras automatizado y de mucha transparencia. Una asociación con empresas chilenas puede ser muy interesante”. Agregó que “cuando se reanude la explotación conjunta de circuitos integrados de turismo tienen un gran potencial apuntando al mercado del sudeste asiático”. Aunque no dejó de lado abordar “también todo lo relacionado con energías no convencionales y la modernización de los sistemas de riego”. “Sin duda las actividades relacionadas con la industrialización de frutas y hortalizas también es un factor en común”, subrayó el exembajador en Chile.
¿Le interesaría a Chile abrirnos sus puertas y puertos?
“Chile sí es una plataforma para Mendoza”, respondió, contundente, el economista y empresario Armando Morón, ex gerente general de Bianchi y que trabaja a escala continental con su plataforma logística T-Cargo. “El eje pospadémico -analizó para Memo– se va para China, que empieza a liderar al mundo porque -coincidió con Lázzaro- ya están trabajando, superando los obstáculos y en pleno proceso de recuperación económica”. “Tenemos que empezar a mirar hacia el Pacífico -indicó- y en ese sentido Mendoza tiene la gran ventaja de estar al lado de un país que tiene la posibilidad de operar con barcos de gran calado en sus puertos, con salidas muy fuertes y que interesa muchísimo para poder sacar nuestros productos que, por otra parte, son reclamados en el mundo. Después de Panamá hacia el sur, la ruta más angosta para conectar el Atlántico con el Pacífico es Chile, sobre todo para los productos brasileños. Tenemos como Mendoza, una posición inmemojable“, subrayó.
Abihaggle destacó que “Chile se ha definido como una plataforma de servicios y, como tal esta muy interesada“. Consideró que “sus empresarios están dispuestos a asociarse con empresas mendocinas”. Definió: “Somos la única provincia que tiene dos pasos importantes Cristo Redentor y Pehuenche. Y un tercero en perspectiva concreta Las Leñas”.
Como propuesta, marcó un interesante punto: “El consejo económico social que anunció el Gobernador, una muy buena iniciativa, debería tener un área especial relacionada con la integración con Chile. Aprovechar asimismo la presencia de importantes empresas chilenas radicadas en Mendoza. Y de un muy activo Consulado de Chile que tiene estructuras relacionadas con el comercio y las inversiones”.
Dificultades, pero hay que evolucionar
Morón venía coincidiendo fuertemente con Lázzaro, hasta que observó los mismos obstáculos que Casaño: “Es muy difícil -opinó- hacer alianzas estratégicas con empresas de Chile. Chile necesita nuestro espacio y nosotros tenemos que insistir con la búsqueda de cooperación porque nos abren a muchísimos países. Nos necesitan para poder escalar, pero cuesta el proceso de cooperación entre empresas. Las agencias gubernamentales -dijo- van a tener que enfocarse en eso, y por eso el anuncio del Gobernador de crear una agencia destinada al comercio internacional apunta a eso y está bien. Hay que aprender a evolucionar: esa es la gran palabra de la pospandemia”.
Difiere en la mirada el creativo Gustavo Casaño. “Yo no sé si a Chile le interesaría esta integración“, dijo. Lo analizó en el justo punto en que “hoy las diferencias políticas están más marcadas que nunca”. Evaluó, de inmediato, que “viendo qué capacidades tenemos que les haga falta, aparecen los servicios en las industrias para salir con un un potencial hacia Chile. Pero hacerlo con un partner hace que la cosa no sea tan rentable”.
Por qué sí apostar a salir juntos con Chile
“Chile, para poder seguir creciendo, necesitan estos recursos por eso es dable pensar que las alianzas de empresas mendocinas con las chilenas, es uno de los mecanismos que a través de la asociatividad, el encadenamiento productivo, será una de las formas de salida económica. A través de las exportaciones, Mendoza puede tener una recuperación”, definió Mario Lázzaro, un entusiasta de la “internacionalización de Mendoza”.
“A Chile -afirmó- también le interesa y pueden insertarse con nuestros recursos, asociados, en muchos países, conformando cadenas regionales de valor, como en las cadenas globales de valor, para participar del comercio internacional. Además, crear valor en lo que a logística se refiere, con Chile con sus puertos de Valparaíso – San Antonio, o los cinco puertos de Bio Bío, frente a Malargüe y San Rafael. Podemos ser “la Singapur de Argentina” como nudo logístico, consolidando carga, generando tráfico o reprocesando para poder salir al Pacífico”, soñó, imaginó, pensó la persona que está a cargo de ProMendoza.